El drama de los codependientes

LA ALEGRÍA DE VIVIR

Por OMAR CERVANTES RODRIGUEZ

En el tratamiento de adicciones, aunque conozco la teoría y llevo varios años practicando la consulta tanto individual, como de pareja y de familia, sigo observando lo injusto que a veces parece el drama de los codependientes.

Antes de escribir como especialista, comparto mis recuerdos personales de historias familiares que quizás he narrado en otras ocasiones y que tengo muy presentes cada vez que abordo a una familia donde se ha desarrollado la codependencia.

Recuerdo en primera instancia a mi madre fallecida y cómo seguramente sufrió a causa de alcohólicos que rodearon su vida, uno de ellos su hijo, quien escribe, causándole daños emocionales y una angustia agobiante de no saber qué hacer.

Afortunadamente, unos seis meses antes de su deceso, cuando yo la veía agotada por su enfermedad y por su edad misma,  tuve la dicha de poder hablar con ella de todo aquello que había dañado su vida en sus 82 años, cuando yo estaba por cumplir 20 de abstinencia, en diciembre de 2016.

 

Entre varios temas que la tenían enojada, me reprochó lo que sufrió durante mi alcoholismo activo, a pesar de que habían pasado casi dos décadas de mi recuperación, preguntándose a sí misma en qué se había equivocado o qué había hecho mal conmigo.

Por supuesto yo la deslindé de cualquier culpabilidad y asumí completamente mi responsabilidad, dando gracias a Dios de haber podido salir adelante y superar mi enfermedad, además de haber estudiado una segunda profesión gracias a ello y ahora, ser un especialista titulado en adicciones.

Ello me llevó a remontarme a mi adolescencia, en la que yo veía a mi madre, a mis tías y a mi abuela sufrir por el alcoholismo crónico de mi tío y de todo lo que ello ocasionó a la familia.

Afortunadamente mi tío Toño falleció con más de 35 años de sobriedad y, según me contó él mismo, tuvo oportunidad de pedirle perdón en vida a mi abuela y saldar una deuda emocional de todo lo que su enfermedad causó en su momento.

Quizás por ello tengo mucha empatía con la familia de los adictos que no saben qué hacer y cómo actuar ante la enfermedad y que en su desesperación terminan desarrollando el drama de la codependencia.

Además de recomendarles el mejor libro que a mi parecer existe sobre este tema, autoría de Melody Beattie y de título “Ya no seas codependiente”, abrazo el dolor de la familia del adicto, me pongo en sus zapatos desde una visión sistemática y les recomiendo que tengan su propio tratamiento, sobre todo cuando hay impotencia e incapacidad de comprender lo que está sucediendo en sus vidas.

El drama de la codependencia también tiene solución y hay que ofrecérsela a la familia, independientemente de lo que el adicto elija hacer con su vida.

Esta es una de las caras quizás más incomprensibles de la enfermedad y muy posiblemente de la que menos se habla y más apoyo se requiere, además de la recuperación del propio consumidor.

Fuente: MILENIO

2.225 comentarios en «EL DRAMA DE LOS CODEPENDIENTES»

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